Una casa, en un bosque nublado, que se convirtió en un proyecto de vida.

En Bejuma, Valle Alto de Carabobo, Gaby y Norberto Fluager encontraron un sitio donde pudieron desarrollar cosas que aún no se habían hecho en Venezuela, a diferencia de su Alemania natal. Conociendo los intereses de los viajeros europeos y en búsqueda de desarrollar un destino sin precedentes en Venezuela, para los amantes de las aves, reptiles, anfibios, insectos, botánica y de la fotografía amateur, Casa María se convirtió en ese espacio perfecto.

Lograron desarrollar una posada ecológica, casi totalmente sustentable. Además, promueven y educan a la comunidad local sobre la importancia de la naturaleza en el desarrollo del ambiente.

Sus huéspedes vienen de todo el mundo buscando un lugar para observar más de 140 especies de aves dentro de la posada, y más de 300 en sus alrededores, además de cientos de diferentes especies de mariposas y miles de insectos que dan vida a este mágico lugar.

Actualmente la posada cumple con la mayoría de los elementos del Programa Ecológico de Certificación Sustentable, demostrando cómo es posible ofrecer un servicio de primera clase sin necesidad de perjudicar a la naturaleza.